Había una vez una princesa que estaba atada a dos ogros, estos no le dejaban hacer nada uno siempre le pedía que ella preguntara todo y que pidiera permiso hasta para ir al baño, mientras que el otro ogro le pedía cosas obscenas que la princesa se negaba a hacer... Como ella estaba encerrada en el castillo de los ogros solo le podía enviar cartas a un viejo amigo suyo llamado Juan, este un 17 de enero decidió invitar a la princesa en un grupo donde conocías personas por medio de cartas... Ese mismo día la princesa conoció a un príncipe de ojos azules, decidió mandarle una carta pero como no sabía que decir y tampoco quería que los ogros le hicieran daño, solo se preocupó en advertirle de eso ogros....
Carta: Hola príncipe de ojos azules, solo quería decirte que si algún ogro se te acerca di le por favor que estas casado...
Con cariño una princesa |
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El príncipe no sabía quién era esta joven puesto que no dio su nombre pero no se negó a responder le, este estaba muy confuso ya que no tenía sentido que algún ogro se le acerque, luego de ese día de haberse enviado tantas cartas decidieron seguir por fuera de ese grupo. Las cartas del príncipe eran muy delicadas, con una muy hermosa letra, se notaba que él era muy amable, dedicado, cuidadoso y muy tierno... No sabía cómo era su ostro pero era simplemente único el como escribía las cartas... la princesa cada vez que terminaba de leer las cartas de este joven las abrazaba y cerraba los ojos imaginando lo lindo que sería poder abrazarlo y sentir su calor, era algo tonto que se imagine eso ya que era un joven que no conocía.
Un día los ogros descubrieron las cartas que esta joven tenía por lo cual las rompieron todas, ella no podía creer lo que habían hecho, eran unas muy hermosas cartas que de verdad a ella le había gustado y ellos las rompieron... Con la angustia que sentía la joven se largó a llorar clocando sus manos sobre su rostro mientras que escuchaba a los ogros decir que no le volviera a hablar a ese príncipe, la pobre princesa no sabía qué hacer, ese hombre era el único que lograba hacerla sonreír de verdad pero desgraciadamente los ogros le habían roto en donde ella escribía y el jarrón de tinta. Como ella pudo le escribió una última carta al joven la cual termino manchada con las delicadas y saladas lágrimas de la princesa...
Carta: Querido príncipe mío esta será mi última carta ya que no tengo como escribirte, gracias por haberme hecho muy feliz y gracias por haber estado a mi lado. Con amor una princesa... |
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Al leer eso el joven quedo devastado no podía permitir que su princesa se escapara de sus manos no dudo en responder esa carta con solo dos letras y un posdata
Carta de príncipe: Te amo...
P.D: Iré por ti |
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La joven dama al leer eso su corazón se llenó de una alegría incomparable, sentía como toda esa vida fluía por todo su cuerpo y llenaba sus ojos de lágrimas que eran producidas por la alegría, ella no podía creer que él le amara, ella no era linda ni tampoco lograba conseguir a alguien bueno para ella siempre terminaban siendo ogros disfrazados de príncipes... Ella con los ojos cerrados y con su corazón latiendo con mucha fuerza abrazo esta carta deseando que su príncipe no se arriesgara por ella, no quería que este terminara herido, al escuchar que los ogros iban a donde estaba ella escondió la carta donde menos la encontrarían, dentro de su vestido. Los ogros solo traían la comida para la princesa pero de repente se escuchó el galopar de un caballo, estos ogros miraron por la ventana que tenía la princesa en su alta torre y notaron que era un príncipe, estos se enfurecieron con la pobre damisela y la esposaron en una esquina para que no pudiese moverse y la amordazaron para que no pudiese gritar ni pedir ayuda. Sin dudarlo fueron a enfrentarse contra el príncipe, la pobre joven lloraba por miedo a que algo le pasara a su amado príncipe, cerro sus ojos esperando a que el que entrara fuese el príncipe pero al abrirse la puerta el que está parado es el ogro más grande, la princesa aterrada comienza a llorar por lo que le hubiera pasado a su amado pero este ogro cae al suelo inconsciente dejando ver a un joven de ojos celestes, un cabello tan sedoso castañeo casi rubio, su traje era azul y dejaba notar su musculatura, la princesa había quedado cautivada por la presencia de este joven tan apuesto que se acercaba a ella con una llave en su mano, ella al notar la llave se dio cuenta que era de su príncipe que le estaba liberando de su prisión. Al soltarla este toma delicadamente las manos de la joven y le ayuda a que se levante para luego regalarle una sonrisa y abrazarla de la cintura, mientras el sol dejaba brillar los marrones ojos de la joven eran como una mezcla de hojas de otoño y miel fresca el sedoso cabello de la joven era un castañeo tirando a pelirrojo, este le sonríe nuevamente ella le corresponde la sonrisa
- Te dije que vendría por ti mi querida princesa - |
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Dijo el joven mientras acariciaba la mejilla de la bella dama, ella lo miraba maravillada mas su respuesta a las palabras de su amado principe fue una calida sonrisa la cual fue seguida por el cerrar de sus ojos lentamente y acercarse a los labios de su amado el cual correspondió el acto besándola con mucha delicadeza. Sin dudarlo los dos se fueron en el corcel del joven para ser felices juntos
Autora del Corto: Lucille